Es importante contemplar como la alineación de los objetivos
estratégicos de la empresa o de la unidad de negocio con la Gestión Organizacional
de Proyectos permite alcanzar el éxito en el mercado, el cual día a día se hace
más esquivo y exigente, obligando a evolucionar a las organizaciones. De tal
manera, que el cambio se convierte en una constante que se debe aceptar para el
crecimiento y el sostenimiento organizacional.
Sin embargo dada la falta de conocimiento, la
mayoría de profesionales y empresarios enmarcan a la Gestión Organizacional de
Proyectos en
la visión del Proyecto como el todo, perdiéndose así, la implementación holística
del modelo que contempla la articulación
entre lo que denominamos los tres dominios: Proyecto,
Programa y Portafolio.
Cada uno de estos tres dominios tiene su razón de ser dentro de la
organización, a través del Portafolio,
la organización hace tangible
la rentabilidad y la valorización de las
acciones, este contiene dos procesos: Alineación y Monitoreo y control, con la
implementación de los Programas. La
organización encuentra el beneficio que genera su acción y los Proyectos
se convierten en vehículos claves que
permiten alcanzar las metas propuestas en
programa y el portafolio, estos últimos; se limitan a cumplir con las
restricciones de Alcance, tiempo y costo. Los dominios Programa y Proyectos contemplan
cinco procesos: inicio, planeación, ejecución, monitoreo y control y cierre.
Con el modelo de Madurez OPM3[1],
se identifican las Mejores Prácticas
que aplicadas a los Proyectos, Programas y Portafolio potencializan a la
organización, estas dependen del desarrollo de las capacidades
(competencias organizaciones) y de los resultados asociados a estas, los cuales
son medibles a través de los indicadores de Rendimiento (KPIS). Sumadas a estas,
los Habilitadores Organizacionales (OEs
- Organizational Enablers), prácticas estructurales, culturales, tecnológicas y
de recurso humano aplicables de manera transversal en la organización, generan
un ambiente propicio en la Dirección
de PPP[2], permitiendo
que esta se desarrolle y sea sostenible en el tiempo al interior de la
organización.
Cada
una de las Mejores Practicas se enlazan ya sea con un proceso de mejora (SMCI)
o con los habilitadores organizacionales, dándose de esta manera, una mirada
integral a la organización, haciendo flexible en su aplicación e integrando
todas las áreas, procesos y PPP que maneje la organización; así tenga una
estructura organizacional funcional o matricial, dado que este modelo no solo
aplica a las organizaciones netamente proyectizadas.
El modelo de madurez de la Gestión Organizacional de
Proyectos OPM3, contempla una lógica de intervención, en donde se debe madurar inicialmente
los proyectos, luego los programas y al final el portafolio dentro de la
organización; además, se describen las etapas de mejora como escalones a
alcanzar, primero se debe estandarizar, luego medir, controlar y por ultimo
mejorar (SMCI, por sus iníciales en Ingles). No obstante, Cuando se realiza un análisis en
campo de las organizaciones, el resultado es variado dada la diversidad de
organizaciones y el conocimiento con el que estas cuentan sobre los PPP, en
algunas se evidencia una alineación entre la visión estratégica (Portafolio) y
los vehículos que la hacen realidad (Proyectos), pero no se encuentra nivel de
maduración en los programas, perdiéndose la visión del beneficio organizacional.
En otros casos, por influencia de la cultura se tiende a controlar más los
procesos que a medir o a estandarizar . Dada esta diversidad en
cada organización se debe realizar
inicialmente un análisis multidimensional de la madurez e iniciar el
proceso de implementación del modelo de acuerdo a los resultados obtenidos.
Para que la implementación del modelo de madurez
OPM3 propuesto por el PMI (Project Managemet Institute) sea acogido dentro de
la organización, y los funcionarios empiecen a creer en este; es importante
iniciar con la estandarización de pequeños procesos en los proyectos que den
resultados en corto tiempo y permitan evidenciar que la implementación del
modelo hace más eficiente el uso de los recursos dentro de la organización,
lográndose ejecutar más proyectos con los mismos recursos disponibles.
Cuando en una empresa o unidad de negocio se
evidencia mayor organización, eficiencia, alineación y satisfacción para los
clientes (internos y externos) se asimila la importancia de la implementación
del Modelo de Madurez de la Gestión Organizacional de Proyectos; a través del
cual se definen las metas a alcanzar y el rumbo a seguir, es decir, el modelo
da respuesta al ¿Qué hacer? dentro de la organización, el ¿Cómo hacerlo? y el ¿Cuándo
hacerlo?, esto trae consigo no solo mayor rentabilidad en el negocio, sino un
uso adecuado del tiempo, de los recursos físicos y humanos, y por lo tanto una
mejora en el clima organizacional.
Es decir, no solo se trata de dinero, la importancia
de la implementación del OPM3, se traduce en mejor calidad de vida para todos
los involucrados en el negocio (socios satisfechos con rentabilidad,
funcionarios empoderados de sus cargos, clientes contentos con los productos o
servicios y un impacto en la sociedad real y tangible).
[1] OPM3: Organizational Project
Management Maturity Model
[2]
PPP: Proyectos, Programas y Portafolios.
Jeydi Gonzales Ortiz
Estudiante de Maestría en Gestión de Proyectos Universidad
EAN – Bogotá
Cátedra dirigida por Ing. Mauricio Ospina Fonseca, PMP, OPM3
www.proyectiza.com
Colombia, Venezuela, Brasil, Panamá, Costa Rica, México, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay, España
Cátedra dirigida por Ing. Mauricio Ospina Fonseca, PMP, OPM3
www.proyectiza.com
Colombia, Venezuela, Brasil, Panamá, Costa Rica, México, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay, España
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